IKEBANA, el arte japonés de los arreglos florales

“El cielo y la tierra son flores. Los dioses, y también Buda, son flores. El corazón del hombre es el alma de las flores”                                                           

                                                                                                                          Refrán japonés

Hideyoshi, señor de todo Japón, recibió la noticia de la existencia de un jardín con un gran número de anémonas propiedad de su maestro de té, Rikyu. Hideyoshi quiso visitarlo, sin embargo, a su llegada todas las flores habían sido cortadas, excepto una anémona puesta en una maceta. Hideyoshi quedó fascinado con esta idea tan audaz de Rikiu.

En esta historia se basa el ike-bana, menos es más. El ikebana es el arte japonés de los arreglos florares, la palabra ike significa “respirar y vivir” y la palabra bana, “flores”. Es un arte que selecciona los aspectos más bellos de la planta para obtener una visión artística cercana a la belleza que presenta en la naturaleza.

Ikebana recoge varios artes:

• El arte rikka, es el más sofisticado y remite a la montaña Sumeru que en la mitología budista simboliza al universo. Es el estilo más simbólico, por ejemplo, las ramas de pino simbolizan las rocas o las piedras, los crisantemos blancos, los ríos.
• El arte shoka o seika, utiliza flores vivas en macetas.
• El arte nageire, se trata de flores de crecimiento rápido en cuencos.
• El arte moribana, son flores en recipientes similares a platos. 

                                                     

La regla fundamental del ikebana es simbolizar los conceptos de cielo, persona y tierra, para ello en la composición vegetal tiene mucha importancia las ramas, las hojas y las flores. Por ejemplo, en un arreglo con una sola planta, la parte que tiende hacia arriba representa el cielo, la parte que se dirige a la derecha sería el hombre, y la parte izquierda y un poco curvada hacia abajo representaría la tierra. Una caña de bambú suele representar el cielo, mientras que una de cerezo en flor representa al hombre y la tierra y las hierbas recuerdan la tierra.

Es fundamental que el número de ramas sea impar, por creer que los impares atraen la suerte, mientras que los números pares atraen la desgracia.