sábado, 8 de noviembre de 2014

Hasta que se abrieron las latas...

Hoy en día encontramos todo tipo de comida envasada en latas. Sin embargo, hasta llegar a las latas que vemos ahora, hubo un proceso que duró medio siglo.

Todo empieza durante La Gran Guerra Francesa, en 1804, cuando el francés Nicolás Appert diseña un método para conservar los alimentos. Utilizaba botes de cristal donde introducía la comida, la tapaba con tapones de corcho y por último la hervía. Evidentemente, al ser el recipiente de cristal lo hacía muy frágil. Además, como los tapones de corcho no eran muy herméticos, solían dar problemas.

Seis años más tarde, en 1810, el inglés Peter Durand cambió el cristal por hierro forjado con una capa de estaño para evitar la oxidación. Ésto le otorgaba dureza.

Bryan Donkin y John Hall le compraron la patente a Durand y empezaron a vender sus latas a la Royal Navy, pero ahora tenían el problema de la apertura. Para abrirlas, según las instrucciones que aparecían en las etiquetas de las latas, había que utilizar un martillo y un cincel. Por supuesto, los soldados no siempre disponían de martillos o cinceles, por lo que utilizaban piedras, sus bayonetas o simplemente disparaban.

En 1855, Ezra J. Warner, sabedor del problema, apareció con la solución y la patente; el abrelatas. 

Hasta que se abrieron las latas...

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