viernes, 3 de octubre de 2014

Dársela con queso

La Mancha, España, en la Edad Media.

Debido a la fama que tenía el vino manchego en toda España, taberneros de todos los lugares acudían a la Mancha a comprar barriles de vino.

Sin embargo, no todo el vino manchego estaba en buenas condiciones ya que había veces que estaba picado. Si los vendedores lo tiraban, perdían dinero y eso no se lo podían permitir.

En aquel entonces, y con el fin de asegurarse que el producto era óptimo, antes de cerrar el trato, los comparadores siempre cataban el vino. Muchos compradores debían hacer largos viajes para comprar estos vinos y, por lo tanto, no se arriesgaban a que les saliese un vino malo.

Aunque difícil, los bodegueros manchegos se las apañaban para poder dar salida a ese vino picado. Lo que hacían era, antes de que el comprador probase el vino, les ofrecían a sus clientes queso manchego en aceite. Así, y debido al fuerte sabor de este queso, el comprador no era capaz de distinguir un vino en buenas condiciones de uno ya picado.

Dársela con queso

No hay comentarios:

Publicar un comentario