viernes, 9 de mayo de 2014

Los Errores y la Concentración

En el siglo XIV un monje japonés se retiró a una cabaña y escribió pequeños pensamientos que fueron más tarde recopilados para dar lugar a un libro llamado Tsurezuregusa, つれづれぐさ, Ocurrencias de un ocioso. El libro consta de 243 ensayos cortos, y de todos ellos hemos elegido esta bonita parábola que trata sobre los errores.

Hace muchos siglos atrás, en el Japón feudal, un hombre, experto en subir a los árboles, se encontraba guiando a otro hombre que estaba en ese momento subiendo a un árbol bastante alto.

El experto iba dando instrucciones mientras la otra persona estaba subiendo. El ya experimentado trepador, desde el suelo, le indicaba qué pasos y qué acciones debía seguir. Así, poco a poco el otro hombre iba ganando altura.

De repente, en el momento en el que ya estaba a una altura lo suficientemente peligrosa, sólo hubo silencio. Se dejaron de escuchar los sabios consejos provenientes de abajo.

Por fin, el hombre alcanzó la altura deseada y se dispuso a bajar. Con mucho cuidado y muy concentrado en sus pies y manos, fue descendiendo. Sin embargo, seguía sin oír consejo alguno del experto que debía guiarle. Aunque extrañado, continuó su camino hacia el suelo. Ya le faltaba muy poquito para llegar cuando, sin esperarlo, oyó unos gritos:

- “¡Cuidado!, ¡Mucho cuidado ahora!
- “Ahora me advierte”, pensó en ese momento el hombre que descendía, un poco enfadado.

El experto fue preguntado por su extraño comportamiento; le guía al principio y al final, pero no le dice nada cuando más peligro corre.

El experimentado trepador respondió que cuando el hombre estaba allí arriba y se encontraba en los momentos más críticos, lo más sensato era no decir nada ya que el mismo miedo le hacía estar en alerta. Por otro lado, en el instante en el que ya pensaba que todo estaba vencido, cuando ya le quedaba poco para llegar al suelo, su mente podía relajarse dando lugar a un accidente.

El experto continuó explicando que los errores se cometen cuando uno piensa que ya está todo hecho y que es en esos momentos cuando más alerta debemos estar.

Yoshida Kenkō, 1283 - 1350. Japón.



Los errores y la concentración

No hay comentarios:

Publicar un comentario